Los sirios en Uruguay miran el sangriento conflicto

19/Mar/2012

El País, Uruguay, Que Pasa

Los sirios en Uruguay miran el sangriento conflicto

17-3-2012
Una pelea vista de lejos
Las señales de los vínculos con el país de los ancestros no son las que predominan, pero están ahí: un retrato del patriarca Mohammed El-Hom, unas cajas de madera con arabescos incrustados, un puñal en forma de cimitarra. En su casa, el ex legislador nacionalista y descendiente de sirios, Alem García, se preocupa por el prolongado conflicto armado en la tierra de su abuelo. Las revueltas en Siria pueden provocar algo que hasta el momento no había existido entre descendientes de árabes en América Latina: divisiones.
De hecho, ya ha habido conflictos en la interna sirio-libanesa de Buenos Aires, dice García. En Uruguay eso no ha ocurrido aún.
Desde Montevideo los descendientes de sirios, observan con desconfianza a quienes se oponen al régimen de Bashar Al Assad. “Sin estar de acuerdo con el régimen actual, es complicado discernir las motivaciones fidedignas de los rebeldes”, dice el ex presidente de Primaria Sirio Nadruz. Nadruz fue uno de los entrevistados por Qué Pasa en junio de 2000, cuando lamentó la muerte del fundador del actual régimen, Hafez Al Assad, padre del actual presidente. Otros integrantes de la colectividad ven claros objetivos “imperialistas” en los apoyos políticos de las potencias de Occidente y de Estados Unidos a quienes luchan contra el gobierno de Al Assad. “El objetivo es el mismo que en Libia: apoderarse de los hidrocarburos y, también, del agua” dice Pedro Abuchalja, presidente del Club Libanés y también de la Federación de Entidades Americano Árabes.
Abuchalja, quien además es secretario de la Sociedad Uruguaya de Geopolítica, dice que Siria es el corazón geográfico de Medio Oriente, un país que une Rusia y China con el antiguo imperio persa, con Occidente y con los turcos. Y García acota que hay una colectividad judía en Siria que, más allá de los enfrentamientos militares con Israel, convive en paz con el resto de la población. “Siria es el bastión de la dignidad árabe”, dice García.
“Al descendiente árabe uruguayo le importa lo que está ocurriendo en Siria”, dice Abuchalja. “En parte porque si esto sigue, pueden profundizarse las divisiones entre las colectividades árabes americanas. Y aunque seamos republicanos y democráticos tampoco vemos con simpatía que Siria se disgregue como resultado de este conflicto”. Como referente de la colectividad árabe, Abuchalja es una figura poco ajustada a los moldes: no es musulmán, por ejemplo, sino cristiano (“específicamente, nazareno”, acota).
Alem García, quien está retirado de la actividad política, podría haberse llamado El-Hom si su abuelo no se hubiese cambiado legalmente el nombre a José María García. “Iba para La Rioja -hacia donde fueron los Menem y los Yoma, por ejemplo- pero en Buenos Aires cambió de opinión. Viajó a Montevideo y luego se instaló en Rocha”, cuenta García. Hoy, la familia uruguaya que Mohammed inició solito al casarse con una criolla ya tiene unas 350 personas. En Siria la familia El-Hom -unas 2.000 personas- “fue distinguida tres veces por la cantidad de profesionales”, se enorgullece el político blanco.
García es descendiente de sirios, pero la particularidad del lugar donde se nació importa solo en la interna de los descendientes árabes. Hacia afuera, los orígenes nacionales son menos relevantes. Entre los sirios y libaneses uruguayos, por ejemplo, hay historia, idioma y costumbres que se comparten. Pero no dejan de considerarse árabes, con el matiz de que esa condición es secundaria a la de uruguayo. García, por su parte, prepara un nuevo viaje a la región desde la cual su abuelo partió. Allí lo esperarán parientes lejanos y cercanos. Y de no resolverse el conflicto, también lo espera un país en llamas. (Fabián Muro)
Club Sirio que se hizo libanés
Pedro Abuchalja está orgulloso del Club Libanés que preside. La institución nació en 1906 como “Club Siriana”, y en 1932 se transformó en Club Libanés de Montevideo y en 1942, Club de Libanés del Uruguay (foto). Ahí hay, entre otras actividades, cursos de danza árabe. Y se reúnen algunas de las siete instituciones árabes que tiene Uruguay. Pero no hay actividades religiosas. De esos se encargan varios Centros Islámicos. En Uruguay no hay mezquitas.